mayo 20, 2011

Lo admito: odio que tengas amigas, y que una de ellas sea justamente tu ex, aunque sepa que me querés a mí. Pero es que con vos, descubrí que soy celosa. Amo que seas tan dulce, y odio que seas tan pendejo, aunque algunas veces-solo algunas-secretamente me gusta, pero nunca lo admitiría en tu presencia ni en la de nadie que te lo pudiese comunicar, porque no quiero tener un novio de ocho años. Amo que me ames y odio que me acoses a besos, más allá de que a veces esté bueno. Porque con vos, descubrí que me gusta más lo romántico que lo divertido. Amo que me mandes mensajes, y que no me dejes un minuto en paz, pero a veces me haría bien sufrir un poquito por vos, porque extrañarse está bueno; hasta cierto punto, claro. Amo que no te moleste que conozca a tus amigos, pero odio que puedas salir hasta tarde con ellos y yo con mis amigas no, porque desgraciadamente, somos solo unas pendejas de trece años. Amo que seas todo en este mundo para mí, pero lo odio porque eso significa que si un día te pasa algo, yo moriría sin siquiera llegar a entender lo que estaría sucediendo. Odio que me hayas vuelto una cursi sensible que escribe esta basura que ni siquiera vas a leer, pero admito que amo hacerlo, y que probablemente no pare nunca.

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