mayo 21, 2011

Después de todo, valió la pena, en todo el sentido de la frase. Cuando escuché tu voz diciendo mi nombre, supe que me extrañabas tanto como yo a ti. Y después me describiste una a una tus penas desde aquel trágico domingo; todas y cada una tenían que ver conmigo. Fue lindo saber que me echabas de menos tanto como yo a ti, y que lo habías sufrido tan dentro y profundo como yo. Fue como oír la melodía infinitamente calma del mar, cuando dijiste que pensabas llamarme al día siguiente, y que si se acababa el mundo esa misma noche, irías a buscarme aunque me encontrara a cientos de quilómetros. Fue tan hermoso escuchar de vuelta tu risa, que ya no sé si lloro de alegría o de puro gusto, porque sufrí tanto que se volvió una costumbre. Solo sé que recordé lo que sentí al principio, que debía protegerte con todo mi ser, aún sin tener motivos para hacerlo. Sentí de vuelta que sobrevolaría el mundo entero solo para verte sonreír, sentí de vuelta que te amo.

1 comentario:

  1. Me encantó, me hizo recordar un par de momentos en mi vida y hasta casi lloro. Me alegra leer que las cosas esten mejor, de verdad :)

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