marzo 22, 2011

Ese segundo, ese suspiro suspendido en el aire, en el tiempo, escondiendo miles de interrogantes, como las hojas de un libro que, con el paso de los años, se han ido desgastando y cientos de letras se han perdido en el vacío, algunas deducibles, otras que simplemente tendremos que olvidar...
El momento perfecto que luego se diluye en el vapor de una calurosa tarde de enero, que ansiamos recuperar, mas nunca vuelve; cada uno de los instantes de la vida es distinto, y eso los hace especiales.
Quizá fue ese segundo imperceptible, esa sonrisa distraída e inocente, ese aroma, o quizá una combinación infinitamente perfecta, lo que sedujo a mi ser hasta la locura, interminantemente lúgubre pero placentera. Quizá fue solo que nací así, quizá no fue ninguno de esos momentos  particulares y misteriosos, con la mirada colgada a un gancho invisible clavado al vacío... Quizá fue la vida quien me hizo así, tan peculiar y con tantos recovecos interiores que nadie, ni siquiera yo misma, nunca llegará a descubrir. Mas solo puedo suponer, nunca lo sabré. Solo sé que mataría porque esta sensación jamás llegue a su fin...

RoxyRoller!

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