abril 02, 2012

No me lo creo, no. No puedo creer que haya gente tan falsa. Pensar que te consideré mi amiga, mi hermana, mi ídola. Qué idiota que fui, que pendeja idiota, si. Fui una tarada hasta que me di la cabeza contra la pared y desperté. Y ponerme de novia con el tarado de tu mejor amigo... claro, obvio que no iba a contar con vos, estaba en la tapa del libro que siempre le ibas a dar la razón a él, porque no eras capaz de corregirle nada, aún si obraba mal, y yo quedaba pagando los platos rotos siempre porque eras tan importante para mí como para él, pero es obvio que a vos te importaba mil veces más él. Y no te culpo, pero no me hubiese venido mal un poco de ayuda. Estaba perdida la puta madre, perdida como nunca, y nadie se dio cuenta hasta que explotó todo. Nunca, nunca me apoyaste en nada... No sé por qué sigo pensando en esto después de tantos meses, seguro que a vos te chupa un huevo, como la mayoría de las cosas que no afectan tu círculo cerrado de "amigos, música y cerveza". Y sí, hay gente así, qué le vamos a hacer. Y pensar que yo te quería tanto, te idolatraba... y a él... bueno, a él le dediqué mil poemas, mil lágrimas, mil sonrisas, mil besos, mil "te extraño". ¿Y de qué me sirvió, si ahora, después de unos meses nomás, nos cruzamos por la calle con él o con vos en el liceo y miramos para otro lado como dos desconocidos, o peor, como gente que se desprecia? Decime, ¿de qué?

No hay comentarios:

Publicar un comentario