Bueno gente, acá les dejo algo interesante. No es solo para las mujeres, para los hombres también. La primera imagen muestra la marcha de la iberación de la mujer en 1970. La segunda, el cuartel general de las sufragistas en Cleveland, en 1912. Parece muy normal, ¿o no? Votar, digo. Nosotras estamos acostumbradas. Muchas de nosotras, las mujeres de este país, de este continente, sabemos lo que es votar, lo que es participar mano a mano con los hombres en este tipo de instancias. Pero atrás nuestro hubieron cientos, miles de mujeres que la lucharon para que nosotras pudiéramos, por fin, encontrarnos en la misma posición que el hombre al momento del sufragio. Y lo cierto es que hay, aún hoy, países en los que no se le reconoce a la mujer el derecho al sufragio en los mismos términos que al hombre, o no se le reconoce en absoluto: Arabia Saudí, Bután, Brunéi Darussalam, el Líbano, Omán... Y uno pensará... y sí, son culturas diferentes, retrógradas, milenarias, marcadas por el machismo desde sus orígenes hace cientos y cientos de años, pero ellas, como nosotras, son mujeres. Y si eso aún no te convence, ¿qué pasa si te digo que hoy, 1° de abril de 2012, en este mismo momento, una mujer uruguaya como vos, como yo, está siendo golpeada por su marido, sin recibir ninguna respuesta de la policía; que está muriendo en una camilla por un aborto espontáneo ilegal porque nadie la educó para prevenir ese hijo; que vos, o tu madre, o tu tía, ganan menos que un hombre con exactamente la misma preparación y condiciones, por el simple hecho de ser hombre y vos mujer, en el mismo trabajo-y esto último no se ha modificado en absolutamente ningún país del mundo? No todo está hecho. Estas mujeres hicieron mucho por nosotras, pero lo cierto es que aún queda mucho por hacer, y nos lo debemos a nosotras mismas.
Romina Cabrera Lasserre.
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