Hacen y deshacen y a mí nadie me pregunta nada, y tengo que saltar y gritar para que se den cuenta de que también estoy ahí. Mi padre va a construir una casa en el fondo y se van a mudar su novia y los tres hijos para ahí, así que cuando yo venga de visita vamos a ser los seis ahí adentro. Tengo buena relación con los cuatro, incluso le cuento cosas a la novia de mi padre que a mi madre no, pero lo que me molestó fue que nadie me dijo nada. Un día llegué y habían traído un viaje de ladrillos.
_ ¿Para qué son?
_ Ah, sí, vamos a construir una casa en el fondo de la chacra y nos vamos a ir a vivir todos juntos.
¡CHAN! Nadie se molestó en decirme nada. ¿Para qué?
Como si no fuera suficiente, ya decidieron que mi viaje de quince va a ser a Disney. No, no y NO. Yo vivo diciendo que las series de Disney me dan asco, que todas se tratan de adolescentes todas medias parecidas estrellas pop con la vida perfecta que cantan todas más o menos lo mismo que nos quieren vender a todos, o de chicos bonitos con sus gorritos a lo Justin Timberlake bailando una coreografía como cuatro títeres. Ir a Disney y comprar lo que nos quieren vender sería ser una hipócrita, por más que los juegos estén buenos y toda la cosa. No sé cómo le voy a hacer, pero si hago viaje me voy a otro lado .No pretendo nada caro ni glamouroso, ni siquiera quiero hacer fiesta porque me parece que con todo lo que la remamos sería tirar plata, y al contrario, prefiero algo sencillo. Pero si vamos a viajar quiero hacerlo a un lugar del que saquemos provecho. Nunca jamás en la vida viajo, y este va a ser MI viaje y no me van a decir qué hacer. SÉPANLO!
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